Perdón
Perdón por mi inocencia
que a pesar de los años
me mueve a los sutiles errores.
Perdón por mi ilusión
que me envuelve día a día
y ciega mis ojos
devolviéndome las sonrisas
Perdón por la valentía
de plasmar en un papel
lo que mi voz calla la cobardía.
Perdón por los silencios
que me vigilan, egoístas,
y rompen en pedazos
la falsedad de las alegrías fingidas.
Perdón por creer
aún crucificada en el dolor...
Perdón por ser así, como soy,
por vivir resumida
en las veinte y tantas hojas
de un cuaderno de poesía.
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