sábado, 7 de agosto de 2010

El Amor - khalil Gibrán

Cuando el amor los llame, síganlo.
Y cuando su camino sea duro y difícil.
Y cuando sus alas los envuelvan, entréguense.
Aunque la espada entre ellas escondida los hiera.
Y cuando les hable, crean en él.
Aunque su voz destroce sus sueños,
tal como el viento norte devasta los jardines.
Porque, así como el amor los corona, así los crucifica.
Así como los acrece, así los poda.
Así como asciende a lo más alto y acaricia sus más tiernas ramas,
que se estremecen bajo el sol, así descenderá hasta sus raíces y
las sacudirá en un abrazo con la tierra.
Como el trigo en gavillas los reúne a su alrededor.
Los desgrana hasta desnudarlos.
Los cierne hasta librarlos de sus coberturas.
Los pulveriza hasta volverlos blancos.
Los amasa hasta que estén flexibles y dóciles.
Y los asigna luego a su fuego sagrado, para que puedan convertirse
en sagrado pan para la fiesta sagrada de Dios.
Todo esto hará el amor en uds. a fin de que puedan conocer los secretos
de su corazón y convertirse, por ese conocimiento, en un fragmento del corazón de la vida.
Por si, en su miedo, buscan solamente la paz y el placer del amor,
entonces, es mejor que cubran su desnudez y se alejen de sus umbrales, hacia
un mundo sin primaveras donde reirán, pero no con toda su risa, y llorarán, pero no
con todas sus lágrimas.
El amor no da nada más que a sí mismo y nada toma sino de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.

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